- Fraude climático: la externalización de las emisiones
Uno de los efectos de los acuerdos comerciales es que la manufactura está siendo externalizada hacia países de bajos salarios y con pocas restricciones ambientales. Los países donde estos productos son consumidos aparentan tener una reducción de las emisiones cuando en realidad esas emisiones simplemente han sido transferidas hacia los países donde ahora se producen los bienes. Como vemos en el caso de Estados Unidos y China, ni uno ni otro país quiere asumir la responsabilidad. Lo mismo ocurre con los alimentos.
Los acuerdos comerciales favorecen la producción de alimentos en países con bajos costos y/o una producción altamente subsidiada, con altos niveles de emisión. Estos países tienen poderosos grupos de cabildeo a favor de la agricultura industrial (Estados Unidos, Brasil, Nueva Zelandia, Europa) y a menudo, dependen fuertemente de las exportaciones agrícolas para obtener sus ingresos provenientes del extranjero (Estados Unidos, Brasil, Nueva Zelandia, Irlanda, Indonesia, Vietnam).
Es altamente improbable que estos países implementen cualquier medida para reducir las emisiones que pudieran afectar la competitividad de sus productos agrícolas. Ya hemos visto a estos países actuando junto con sus compañías, para atajar los esfuerzos internacionales por lograr recortes significativos en las emisiones originadas por la agricultura, por ejemplo, con la Alianza Global para la Agricultura Climáticamente Inteligente.
Es poco probable que las emisiones importadas junto con los alimentos sean tomadas en cuenta por alguno de los países importadores. Aun así, si algún país importador quisiera implementar medidas para reducir la importación de ciertas materias primas que provocan altas emisiones de gases con efecto de invernadero, podrían ser impugnadas, bajo los nuevos tratados, como restricciones desleales al comercio.
- Más agro-combustibles
Los agro-combustibles son otra forma de energía contaminante que, junto con los combustibles fósiles, podrían aumentar a causa de los últimos acuerdos comerciales. Esto ocurre especialmente cuando los capítulos de inversión de los tratados comerciales buscan “nivelar el campo de juego” para los inversionistas extranjeros, estableciendo reglas sobre “tratamiento nacional” y “la nación más favorecida”, lo que facilita mucho el acceso a la tierra para producir combustibles agroindustriales.
Las nuevas normas sobre patentes impuestas mediante estos acuerdos, también hacen más fácil que las compañías exporten sus tecnologías, sabiendo que gozarán de derechos monopólicos en los países firmantes. Hoy, las políticas climáticas de la Unión Europea han consolidado el acaparamiento de tierras en África para la producción de etanol para los mercados europeos. China, que actualmente se abastece de etanol proveniente de Pakistán y Vietnam, sus supuestos socios en el nuevo acuerdo de libre comercio, también invierte fuerte en Brasil con el mismo propósito (el primero de los embarques de etanol brasileño para China zarpó recientemente desde Sudamérica).
La industria de biocombustibles de Canadá espera ganar un nuevo mercado de 50 millones de dólares canadienses, abierto en la Unión Europea gracias a CETA. Muchos cultivos para biocombustibles —caña de azúcar, remolacha azucarera, camote, palma aceitera, maíz, sorgo, raps oleaginoso— también pueden ser usados indistintamente en la industria de los alimentos.
Se han hecho cálculos mediante modelos econométricos que indican que, al aprobarse el TTIP entre los Estados Unidos y la Unión Europea, Estados Unidos verá un gran incremento en la producción de bioetanol y biodiesel y en su exportación hacia la Unión Europea. Ésta, a su vez, verá un gran alza en la producción de azúcar y en su exportación hacia los Estados Unidos. El efecto en cadena sobre Brasil, Argentina y China será importante también.
A pesar de su mal desempeño en lo relacionado con derechos humanos, derechos agrarios y emisiones de carbono, se espera que la producción de biocombustibles sea promovida cada vez más como una energía renovable dentro de las estrategias de mitigación climática, y los tratados comerciales y de inversión ayudarán a eso.