- El fomento de los supermercados globales y los alimentos altamente procesados
Las principales actores del comercio de alimentos en supermercados, están apuntando al crecimiento tanto en Asia como en África y América Latina, mediante los diversos nuevos acuerdos comerciales. La expansión de los supermercados globales trae consigo una expansión en la producción, comercio y consumo de alimentos procesados. Por ejemplo, bajo el TLCAN, la producción y el consumo de los alimentos procesados se disparó en México, trayendo consigo serios problemas de salud pública y el comercio minorista ha pasado a ser controlado por las grandes cadenas globales.
Los alimentos procesados —producidos por Mondelez, Nestlé, Pepsico, Danone, Unilever y similares— son importantes emisores de gases con efecto de invernadero, no sólo debido a la gran cantidad de energía usada en el envasado, procesamiento y transporte de los alimentos, sino también debido a las emisiones generadas en la producción.
Los alimentos procesados son producidos a partir de la materia prima más barata que las compañías puedan conseguir en el mundo entero. Un paquete estándar de alimento de supermercado, puede contener leche en polvo de Nueva Zelandia, maíz de los Estados Unidos, azúcar de Brasil, soja de Argentina y aceite de palma de Indonesia —todos alimentos que están en lo más alto de la escala de emisiones.
Un estudio reciente de una caja de cereal para el desayuno de Kellog’s, encontró que el consumo de una porción de 100 gramos genera el equivalente a 264 gramos de CO2. Si se agrega leche al cereal, las emisiones aumentan de dos a cuatro veces.
Los ingredientes explican cerca de la mitad del total de emisiones del cereal, mientras que la fabricación, envasado y transporte contribuyen el resto. Los investigadores identificaron más de 20 países desde los cuales se obtuvieron los ingredientes, incluyendo maíz de Argentina, leche en polvo de la Unión Europea, arroz de Egipto y Tailandia, trigo de España y azúcar de Estados Unidos.
El crecimiento de los supermercados y los alimentos procesados también implica deforestación y otros cambios en el uso de la tierra y el agua para producir más azúcar, maíz, soja y aceite de palma —cuatro productos que forman la columna vertebral del sector de los alimentos procesados.
Por ejemplo en Nigeria, Wilmar, la mayor compañía comercializadora de aceite de palma en el mundo, tiene planes de expandir sus plantaciones de palma aceitera en el Estado de Cross River y eso, señalan grupos locales, inevitablemente significará nueva deforestación.
A través de sus acuerdos comerciales con la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), India se ha convertido en uno de los principales mercados para el aceite de palma de Indonesia y Malasia, desplazando al aceite de coco, mostaza, maní, sésamo y otros aceites vegetales tradicionales de India, los cuales, claramente, son menos dañinos para el clima. Lo mismo ocurre en China, el segundo mercado más grande para el aceite de palma de ASEAN después de India.
El Acuerdo Trans Pacífico (TPP) que se firmó recientemente puede traer una importante alza en la producción, comercio y uso del aceite de palma. “Espero que haya una gran estampida de la inversión extranjera en el Sudeste de Asia cuando se publique el texto final del acuerdo”, señaló Deborah Elms, directora ejecutiva del Asian Trade Center (Centro de Comercio Asiático) al Wall Street Journal.
En específico, se supone que el sector de aceite de palma de Malasia atraerá gran parte de esta estampida, mientras los inversionistas se apuran a amarrar esta nueva y barata fuente de aceite para la industria de comida rápida de Estados Unidos.