Pero ¿qué nos dicen los personeros de la agroindustria en Uruguay? Que nos incorporemos aun más al mercado mundial: “Uruguay, Brasil, Argentina y Paraguay, con diferentes realidades, prevén una cosecha de màs de 160 millones de toneladas de soja si el clima continúa acompañando […]
Las interrogantes pasan por la capacidad del mercado para absorberla, en qué plazo y a qué precio.” [4]
Observe el paciente lector que todos los problemas de soja para este suplemento vocero de la “agricultura inteligente” son su colocación en el mercado y en qué condiciones de tiempo y dinero.
Sobre los efectos deletéreos que la aplicación de los transgénicos y el consiguiente “paquete tecnológico” implican, ni una palabra.
El negocio, lo que importa es el negocio. No la intoxicación generalizada y creciente, la eliminación de la biodiversidad, el estropicio de la fertilidad humana (y animal en general).
Eso explica la “suavidad”, la delicadeza con que los diversos referentes en tales cuestiones en el país han enfrentado el deterioro de tierras y aguas a causa de “los paquetes tecnológicos” para los agroproductos “industriales” y la monoforestación.
La prensa recoge la info de una reunión de la Asociaciòn de Ingenieros Agrónomos, AIA, como si se tratara de preservar los recursos naturales sin decir cómo y que ya están afectados. [5]
Todas bellas palabras: “la contaminación que generalmente proviene de fuentes difusas” [¡qué manera elegante de promover la ignorancia y la impotencia!]; procurar “una actualización de los profesionales que los habilite a realizar recomendaciones y recetas de aplicación de agroquímicos”, ante lo cual uno bien puede preguntarse qué aprendían entonces los ingenieros agrónomos, y de paso, si no es pensable también que se capaciten para no aplicar agrotóxicos… (ibíd.)
De todos modos, nos sirva como consuelo que, como decían Les Luthiers, el manejo de agroquímicos [agrotóxicos] les “preocupa bastante”. (ibíd..)