La Ley Monsanto
En 2005 fue aprobada la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, mejor conocida como Ley Monsanto, llamada así por ser reflejo de los intereses de las empresas del agronegocio que encabeza Monsanto. Esta ley permite la distribución y liberación de organismos transgénicos con probables riesgos a la salud humana y del medio ambiente así como de la soberanía alimentaria. Si bien, la ley presenta elementos de protección al maíz y cultivos nativos, lo hace de manera confusa, a la vez que, según expertos, resulta complicada su aplicación. La ley establece que para el cultivo experimental se debe definir el “régimen especial del maíz”, como también delimitar los centros de origen para evitar la contaminación con transgénicos. Para dar inicio a los cultivos experimentales, la ley debe ser reglamentada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
Mientras tanto, Monsanto sigue ejerciendo presión sobre el gobierno para que se establezca un marco legal para la siembra: anunció una inversión de 200 millones de dólares como parte de un plan 2007010 para la comercialización de maíz transgénico, a ser aplicado una vez que se aprueben los permisos para uso comercial del grano.
Las organizaciones ambientalistas coinciden en que dicha Ley tiene varios defectos.
Algunos de ellos:
- Favorece la liberación indiscriminada de transgénicos en el ambiente sin mecanismos de monitoreo ni control, es decir, se libera de responsabilidad a las empresas en caso de causar daños por dicha liberación.
- No contempla mecanismos de protección o indemnización para campesinos cuyos cultivos puedan ser afectados por contaminación genética.
- No establece una clara acción de etiquetado para productos que puedan contener Organismos Genéticamente Modificados.