Por CLOC-VC, agosto de 2014
“Nuestro Paraguay cuenta con su Congreso Democrático del Pueblo, que es totalmente opuesto al cartismo autoritario y a ese Congreso antinacional y corrupto que con su mayoría se alía a Horacio Cartes en su intento de saquear al pueblo y al Estado paraguayo. ¡No pasarán!”
15 de agosto de 2014
¡Unidad y organización en defensa de la patria!
Con la alegría que la lucha patriótica y unitaria nos genera, saludamos a cada paraguaya trabajadora, a cada paraguayo trabajador, de manera fraternal y comprometida, reivindicando la justeza de nuestras movilizaciones y la necesidad de construir un Paraguay que incluya a las mayorías, garantizando tierra, vivienda, alimentación, trabajo, salud educación y jubilación.
Durante estos tres días, miles de compatriotas nos hemos movilizado en diferentes departamentos de nuestro país, levantando nuestro grito contra las privatizaciones y la violencia del Estado, por tierra y trabajo, encontrando la adhesión de la gran mayoría del pueblo honesto y trabajador que suda día a día para ganarse el pan y además tiene que aguantar a un gobierno como el de Cartes, que durante este primer año ha generado más perjuicios que beneficios para las mayorías.
Cartes empezó con un pacto en el Congreso Nacional. Convenció a las cúpulas del Partido Colorado, el Partido Liberal Radical Auténtico, el Partido UNACE, el Encuentro Nacional y la Concertación Avanza País para firmar un acuerdo que hoy permite el saqueo del patrimonio público con la ley de Alianza Público-Privada (APP) y la represión a quienes pretendan confrontar con su política antinacional y antipopular con la ley de militarización.
Y entonces continuó con su proyecto militarizando el territorio, utilizando las Fuerzas Armadas contra nuestro pueblo, allanando violentamente y en horario nocturno humildes ranchos de familias campesinas, reprimiendo a las comunidades que salieron al paso de las fumigaciones, desalojando a comunidades con años de residencia en diferentes territorios del país, destruyendo templos sagrados de pueblos originarios junto con sus territorios ancestrales, persiguiendo a trabajadores y trabajadoras sindicalizados, especialmente docentes, reprimiendo a jóvenes que se manifestaron contra la suba del pasaje.
Al mismo tiempo que reprimió y reprime, Cartes y su mayoría parlamentaria aprobaron la ley de “responsabilidad fiscal” buscando que se gaste menos en el Estado y atacando a los pobres sobre todo en lo que se refiere a gastos para asistencia social y para mejoramiento de servicios básicos; luego aprobaron la ley de APP para privatizar todo lo que pueda, dando a Cartes súper-poderes para que él solo resuelva el remate del país y derive a tribunales internacionales la resolución de cualquier conflicto producto de la inversión. El gobierno despidió además a miles de trabajadoras y trabajadores violando sus derechos laborales; continuó con la aprobación de más especies de semillas transgénicas que requieren de mayor cantidad de agrotóxicos; multiplicó el endeudamiento del país con unos bonos cínicamente denominado “soberanos” a un porcentaje de interés altísimo y renunciando –escandalosamente– por escrito a la inmunidad de la soberanía de nuestro país ante cualquier conflicto que se genere con los tenedores de bonos, alineándose a los tribunales de Nueva York y de los EEUU.
Este larguísimo primer año de Cartes estuvo cargado de robo y de entreguismo vendepatria desde el gobierno.