Por Ossama A. El-kawy y Georgina Catacora-Vargas, Agenda Global, 3 de abril de 2015
Consideraciones socioeconómicas relacionadas con los organismos vivos modificados (OVM): del Convenio sobre la Diversidad Biológica al Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología.
Introducción
Uno de los temas intensamente debatidos durante la negociación del texto del Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología fue la inclusión de las consideraciones socioeconómicas en relación con los organismos vivos modificados (OVM).
La mayoría de los países en desarrollo opinaban que era necesario incluirlos como uno de los pilares para llevar a cabo la evaluación y la gestión de riesgos. En cambio, la mayor parte de los países desarrollados se oponía a esto y sostenía que las consideraciones socioeconómicas eran cuestiones de interés nacional interno y que, por lo tanto, su pertinencia era limitada para un tratado internacional de bioseguridad.
Finalmente, las consideraciones socioeconómicas se incluyeron en términos generales en el artículo 26 del Protocolo de Cartagena.
El Artículo 26.1 del Protocolo establece que las Partes, al adoptar una decisión sobre la importación de OVM en el marco del Protocolo o con arreglo a las medidas nacionales que rigen la aplicación del Protocolo, podrán tener en cuenta “consideraciones socioeconómicas resultantes de los efectos de los organismos vivos modificados para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica”.
La referencia a la adopción de una decisión infiere que una serie de disposiciones del Protocolo están relacionadas con el artículo 26 (Catacora-Vargas 2012).
Sin embargo, hasta qué punto es obligatorio estar de acuerdo con las consideraciones socioeconómicas es una interrogante que aún está en debate, aunque el tratado original del Protocolo, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), aborda ampliamente los aspectos socioeconómicos relacionados con la biodiversidad.
En las siguientes secciones, brindaremos ideas sobre cómo las consideraciones socioeconómicas relacionadas con la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad están arraigadas en el CDB y, en consecuencia, fueron heredadas por el Protocolo.
El objetivo de este análisis es poner de relieve la relación entre estos dos instrumentos y proporcionar una comprensión más amplia de los aspectos socio-económicos a la luz de este instrumento internacional de bioseguridad.