NAS reconoce la falta de consenso sobre la seguridad de los OGMs
El informe de la NAS reconoce y aborda la falta de consenso sobre a seguridad de los OGMs y la posibilidad de cambios inesperados a raiz de el proceso de ingeniería genética. Tal como en su último informe, destacan que tambipen pueden emerger efectos inesperados de otras técnicas consideradas dentro de la cria convencional, como la cria de mutación por radiación o inducida químicamente (también llamada mutagénesis).
Esta técnica ha sido usada desde mediados del siglo XX, y ha sido usada para generar nuevas variedades elite de cosechas desde la Revolución Verde. Sus posibles efectos adversos no han sido estudiados. Al redactar la Directiva 2001/18 para regular los OGMs, la UE determinó que los organismos desarrollados a través de mutagénesis eran considerados OGMs, pero que no era necesario etiquetarlos o testearlos dada su historia de uso seguro.
Los cuestionamientos sobre si esta decisión fue la correcta, sobre si 50 años comprendia el uso seguro, y sobre si era posible evaluar los posibles efectos de estas cosechas luego de este periodo, están fuera del alcance de este artículo.[9]
En cualquier caso, el informe del 2004 de NAS describe cómo la mutagénesis y diferentes técnicas usadas en ingeniería genética han dado espacio a cambios involuntarios a través del genoma en niveles mucho más altos que técnicas de cultivo “clásicas”.
Entonces, es confuso que algunas declaraciones del informe de NAS se traten a todas las técnicas de crianza convencionales (incluyendo la mutagenesis, la cual la UE considera como ingeniería genética) como lo mismo, ya que de acuerdo al informe de NAS del 2004, hay una gran diferencia entre mutagénesis y otras ténicas de crianza convencionales.
El informe describe dos fuentes de diferencias involuntarias relacionadas con la ingeniería genética que podrian afectar la seguridad alimentaria:
- Efectos involuntarios de los cambios genéticos dirigidos en otras carateristicas de los alimentos (por ejemplo, la presencia involuntaria o el incremento de un componente el células de la planta podrían resultar en cambios en el metabolismo de la planta que afectan la abundancia de otros componentes).
- Efectos involuntarios asociados con el proceso de ingeniería genética (por ejemplo, cambios del ADN resultado del cultivo en el tejido de la planta).
Esto significa que los rasgos introducidos podrían tener efectos distintos que los deseados, y también que los procesos de transformación y cultivo de tejidos puedan dar inicio a cambios en otras áreas del genoma.[10]
Al referirse a los cambios derivados del cultivo de tejidos, el informe habla de cambios tanto genéticos como epigenéticos. Como hace algunos años atrás no podriamos haber pensado en detectar cambios epigenéticos (e incluso hoy sabemos sorpresivamente poco sobre epigenética, de acuerdo a los investigadores involucrados[11]), es posible que pueda existir todo un nuevo nivel de regulación genética que aun no hayamos descubierto. Claramente, no podemos medir los posibles impactos con tecnologías actuales.
Los métodos de evaluación de seguridad actuales no son los adecuados
Ya que estos efectos pueden ocurrir al usar estas técnicas, la siguiente pregunta lógica sería si nuestros métodos de detección y evasión son lo suficientemente buenos. La idea de que los alimentos GM son analizados de forma muy estricta y comprensiva ha sido ampliamanete promocionada. Sin embargo, el informe destaca que las evaluaciones actuales poseen deficiencias. Los ejemplos dados incluyen:
- En una discusión sobre la evaluación de una cosecha Bt, el informe dice que no es la EPA de USA la que lleva a cabo los ensayos ( un cuerpo público); son hechos por la misma compañía, la cual envia sus resultados a la EPA. Lo mismo pasa en la UE con la European Food Safety Authority (EFSA). Datos duros de estos estudios no son publicados o disponibles para la comunidada cientifica o al público en general. De hecho, el comité destaca que tampoco tuvo acceso a estos datos, los cuales son protegidos bajo acuerdos comerciales de confidencialidad. En otras palabras, si se encuentra un efecto adverso en una prueba de pre comercialización, la misma compañía que pretende comercializar el producto tendría que detectar el efecto y notificar al cuerpo público. Esto no tiene sentido desde un punto de vista comercial. Lo más lógico, si se encuentra un efecto adverso en ensayos de pre comerciaización, sería que la compañía no tomara en cuenta esta aplicación, para que nunca sepamos sobre ella. O, si en efecto es sutil y no fuera detectado por los métodos usados (o escogidos), el producto pasaría la prueba de evaluación y entraría en la cadena de alimentos.
- Protocolos internacionalmente aceptados usan muestras pequeñas con poder estadistico limitado, lo cual no detectaría las diferencias entre los tratamientos, o se encontrarían diferencias estadisticamente significativas , las cuales no serían consideradas como biológicamente relevantes.
- Los datos obtenidos al estudiar ganado por periodos largos de tiempo, incluso si no se encontraran efectos adversos, no pueden ser extrapolados a efectos crónicos en humanos, debido a, entre otras cosas, la temprana edad en que se mata a estos animales.
- Respecto a la evaluación a priori de los cambios en los niveles “conocidos” de sustancias tóxicas: Las propiedades tóxicas de algunos componentes de las plantas son entendidos, pero no han sido estudiados.
- La detección de alergias a nuevas proteinas (producidas por la introducción de un gen o por un gen diferente que ha sido alterado como resultado de la transformación GM y/o el proceso de cultivo de tejidos) no puede ser garantizada con los métodos actuales; se necesitarían estudios de post comercialización.
- Los estudios que han sido conducidos han encontrado diferencias entre animales alimentados con GM vs animales alimentados con no GM; estas diferencias eran estadisticamente significativas (i.e. no fueron causadas por el azar, si no por el tratamiento), pero no fueron consideradas como biológicamente relevantes. Sin embargo, lo considerado “biológicamente relevante” no se define de antemano, y el poder estadistico de los estudios no es calculado. Las diferencias encontradas podrian significar que existían efectos adversos pero la metodología no fue capaz de detectarlos. Entonces, el informe tiene razón cuando dice que incluso cuando no se han encontrado efectos adversos, no signifique que no existen– un punto ignorado por muchos encabezados de los medios sobre el informe. De hecho, un estudio de alimentación fue conducido con un tipo de arroz en el que un gen fue introducido para producir una toxina conocida (como control positivo), y no se encontraron efectos adversos. Debido a esto, el informe nota la necesidad de conducir más estudios con una metodología corregida: los estudios hechos hasta el momento que no muestran efectos adversos no pueden ofrecer datos concluyentes respecto a su seguridad.
- Los datos y estudios actualmente disponibles no pueden ser usados para sacar conclusiones sobre posibles efectos a largo plazo en la salud humana. Sin embargo, y dadas las preocupaciones percibidas de las personas entrevistadas, el comité no hace esfuerzo alguno en usar los datos disponibles (los cuales, destacan, son insuficientes y no pueden ser usados para sacar datos concluyentes) para detectar posibles cambios en la incidencia de distintas enfermedades crónicas. Sin embargo, como destaca el comité, es un acercamiento muy magro al momento de detectar dichos problemas. Para detectarlos con confianza, se necesitarían estudios de post comercialización, los que controlan un gran número de variables para que la única diferencia entre los grupos fuera el consumo y el no consumo de alimentos GM (o un alimento GM en particular).
Muchos de estos comentarios, y especialmente el último, nos lleva a lo que pueden ser los puntos clave del desacuerdo: las metodologías actuales no son apropiadas para garantizar la seguridad (por “garantizar” me refiero en un nivel similar de garantía al que tenemos con los alimentos obtenidos a través de técnicas con una alta probabilidad de generar efectos involuntarios, de acuerdo a la escala en el informe de NAS del 2004).
Pero garantizar este nivel de seguridad con la nueva técnica sería algo muy costoso y casi imposible. En muchos puntos, el informe habla de “riesgos aceptables”. Pero quién decide qué nivel de riesgo sería aceptado por la población?
Es necesariamente una decisión científica? La decisión, lógicamente, debe ser respaldada por datos científicos, entre otras cosas, pero eso no significa que todo el proceso de toma de decisiones debe ser conferido sólo a esta área.