Por Vilma G. Calderón, 80 grados, 25 de septiembre de 2015
El 23 de julio del presente año, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la ley HR 1599 curiosamente nombrada: “The Safe and Accurate Food Labeling Act”.
Esta ley, conocida entre el público como la ley DARK, “Deny Americans the Right to Know”, aunque habla de seguridad y etiquetado en su nombre, irónicamente lo que busca precisamente es prohibir en los estados toda iniciativa a favor de la rotulación de los productos que sean producidos o que contengan alimentos modificados genéticamente, conocidos también por sus siglas en inglés como “GMO”.
De acuerdo a Enviromental Working Group (EWG), las compañías de alimentos y biotecnología gastaron $63.6 millones en el 2014 para presionar y lograr la aprobación de este tipo de legislación anti etiquetado, tres veces más que el año anterior. En el 2013 invirtieron alrededor de $25.4 millones, y de esos, $13.3 millones fueron aportados por las empresas Coca Cola y Pepsi Co. De aprobarse esta ley, Puerto Rico también se vería afectado. Proyectos legislativos como el 524 de la senadora María De Lourdes Santiago, que busca el etiquetado de los productos con ingredientes transgénicos, y el del representante Ricardo Llerandi Cruz, serían igualmente detenidos.
Para denunciar y orientar sobre esta peligrosa acción, los días 16 y 17 de octubre de este año habrá una manifestación frente al Capitolio en Washington. “#Food Justice March” tiene como objetivo detener esta ley y reclama que se tome en consideración el deseo mayoritario de los estadounidenses de que se etiqueten estos productos para que así los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas a la hora de comprar sus alimentos. De hecho, el mismo Presidente Obama como promesa de campaña aseguró que bajo su mandato se establecería el etiquetado compulsorio de estos productos.
Sin embargo, una vez más, dicha promesa es incumplida y el Congreso busca aprobar una ley que precisamente haga ilegal este etiquetado. Esta ley también tiene los objetivos de que los estados no puedan limitar los cultivos GMO y que la industria de alimentos pueda poner el reclamo en su etiqueta de que un producto es “Natural” aunque contenga ingredientes modificados genéticamente.
La protesta contra esta ley contará con la presencia de reconocidas figuras que denuncian el daño de los alimentos modificados genéticamente como Vandana Shiva y el abogado Steven Druker, autor del libro Altered Genes, Twisted Truth. Los alimentos modificados genéticamente están prohibidos en muchos países y otros están legislando en esa dirección (Rusia, Francia, Alemania, Escocia, Hungría, Perú, Austria, Noruega, Irlanda, Polonia y otros).
La etiquetación de estos productos es requerida en 64 países en el mundo. La aprobación de esta ley es evidentemente una acción dirigida a proteger las ventas y ganancias de la industria de la biotecnología transgénica exponiendo a riesgos a la salud a los consumidores, violentando también su derecho a conocer qué contienen los productos que consumen.
A continuación discuto algunos mitos que son importantes aclarar para lograr una mayor comprensión de los problemas inherentes a la modificación genética de los alimentos y el impacto que esta ley puede tener en su objetivo de mantener al pueblo ignorante de lo que contienen los productos que compran. Algunos conceptos ya han sido discutidos en previos artículos sobre este tema por lo que servirá de repaso para algunos lectores. Para otros, será información desconocida junto a la discusión de recientes eventos y nuevos ángulos sobre los alimentos modificados genéticamente.