La Red de Guardianes de Semillas de Vida (RGSV) en Colombia desarrolló durante el mes de mayo de 2015 pruebas de identificación de posibles escenarios de contaminación transgénica en maíces cultivados por guardianes de semillas nariñenses y maíces comerciales. Se realizaron 47 pruebas a igual número de muestras de maíces provenientes de 13 municipios.
Los resultados de las pruebas son las siguientes:
Se evaluaron 37 variedades de maíces criollos, protegidas por los guardianes de semillas y se realizaron 43 pruebas. De estas, 5 pruebas salieron positivas, evidenciando contaminación transgénica de maíces criollos, correspondientes a muestras de semillas de dos corregimientos del Municipio de Pasto y una muestra del Municipio de Arboleda.
Se evaluaron 4 muestras de maíces comerciales, comprados en las tiendas y centros de distribución agropecuaria de los municipios de Pasto, La Unión, Yacuanquer y Chachagui. En 2 de estas muestras se encontró contaminación transgénica. Cabe aclarar este maíz se comercializa en todo el país para alimentación de animales domésticos
La gente comienza a decir que los animales que consumen este maíz se están muriendo con tumores, sin que tengamos las pruebas o los testimonios directos. Lamentablemente no nos es posible identificar claramente el origen de la contaminación, según el Instituto Colombiano Agropecuario ICA, en el departamento de Nariño no se han establecidos cultivos transgénicos.
En el momento, nos encontramos haciendo una evaluación interna en la RGSV para definir estrategias de acción para establecer campañas de protección oportunas y pertinentes, ello implica articular acciones con la Red Semillas Libres Colombia, Red Semillas de Libertad de las Américas, Red de Guardianes de Semillas Ecuador, por ser Nariño, un departamento fronterizo la planeación y articulación con Ecuador es muy importante.
Dentro de las necesidades se encuentra: apoyo jurídico en este sentido, nacional e internacionalmente. Fortalecer Campañas de Sensibilización sobre los efectos de los transgénicos, de manera masiva, Fortalecer las Campaña de recuperación de Maíces Criollos, y declarar Territorios Libres de Transgénicos, además de realizar nuevas pruebas para confirmar erradicación de cultivos transgénicos y realizar en otros municipios que no se ha logrado hacer hasta el momento.
Salud
Los transgénicos fueron liberados para la venta sin que se hayan realizado estudios adecuados sobre el daño que pueden causar a la salud. En octubre de 1998, un vocero de Monsanto dijo a la prensa “Monsanto no tiene por qué demostrar la seguridad de los alimentos biotecnológicos. Nuestro interés es vender lo más que podamos. Demostrar su seguridad es trabajo de la FDA.”
La FDA es la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, organismo encargado de controlar la calidad de los alimentos en dicho país. Y efectivamente, la FDA aprobó la venta de alimentos transgénicos basada en estudios que demostraban que éstos eran seguros. Un pequeño detalle: dichos estudios provenían de las mismas empresas que, como Monsanto, querían venderlos.
Desde entonces el debate ha sido intenso en los Estados Unidos y en el mundo entero. Parte del problema se debe al secretismo que rodea a la investigación transgénica, basada en derechos de propiedad intelectual que impiden a terceros acceder a la información clasificada de las empresas. Es decir, la FDA basó su decisión en estudios secretos de las propias transnacionales, que nunca fueron publicados ni evaluados por la comunidad científica.
Algunos estudios sin embargo han llegado a manos del público, y han sido criticados por la comunidad científica, que ha señalado mala interpretación de datos, pobrezas estadísticas, muestreos inadecuados, tiempos de prueba ridículamente cortos.
Hay pocos estudios bien realizados, y por científicos independientes, que no estén a sueldo de las compañías involucradas. Y esos pocos plantean serias dudas respecto a la seguridad de los alimentos transgénicos. Los experimentos realizados en ratas de laboratorio demuestran por ejemplo cambios en la composición sanguínea (5), reducción en plaquetas (6), alteración en el esperma y color de los testículos (7), alteración del ADN del embrión (8), alargamiento del intestino delgado y mutación de las células intestinales (9), cambios estructurales y alteración genética en el hígado (10), alteración del sistema inmunológico (11).
Se demostró además que las alteraciones genéticas pueden permanecer ocultas y aparecer recién en la tercera generación (12). Otro de los peligros importantes es la transferencia de resistencia a los antibióticos, que todos los transgénicos tienen, hacia virus y bacterias que pueden afectar la salud humana; hay evidencias de que esto está ocurriendo, y si aumenta puede llegar a inutilizar los antibióticos de los que dependemos para tratar algunas enfermedades graves.
Algunos casos de afectación a la salud han saltado a la luz pública espectacularmente. En 1989 la empresa japonesa Showa Denko K. K. comercializó en Estados Unidos un aminoácido llamado triptofano, producido con una bacteria alterada genéticamente.
Durante varios años, la misma empresa había vendido triptófano natural producido mediante fermentación sin problema alguno. Pero el triptófano transgénico causó la muerte de 37 personas y lesionó gravemente a otras 1500 (13). Hay muchos otros casos que permanecen ocultos debido a la falta de apoyo para realizar estudios, por ejemplo los casos de malestar y enfermedad relacionados con el polen transgénico en agricultores de zonas tropicales. Y hay efectos secundarios, como el aumento de epidemias de dengue en Argentina debidas a la desaparición de sapos e insectos controladores en zonas de soya transgénica que reciben mucha fumigación (14).
El uso de transgénicos como medicinas choca con un problema que no es exclusivo de la ingeniería genética sino que tiene que ver con la industria farmacéutica en general. Demasiado a menudo los medicamentos que se lanzan al mercado no cuentan con estudios adecuados, de sus efectos positivos o negativos. Hay casos que parecen positivos, como el de la insulina transgénica, pero en general estamos hablando de un sistema en el cual el experimento se hace directamente con la población, sin su consentimiento.
En Costa Rica se producen semillas transgénicas para la venta. Sin embargo, la población se ha levantado en protesta y al momento el 77% de los municipios del país se han declarado oficialmente Territorios Libres de Transgénicos.