La CTNBio tiene en la actualidad, tres pedidos de autorización de la multinacional Dow: dos son de soja y uno es de maíz. La primera soja será resistente al herbicida 2,4-D y al herbicida glufosinato de amonio. La segunda, a los herbicidas 2,4-D, glifosato e glufosinato de amônio. Por fin, el maíz será tolerante al herbicida 2,4-D y a determinados inhibidores del acetilo coenzima. El 2,4-D era ingrediente del tristemente célebre Agente Naranja. En la gran prensa económica, ya se dan por aprobadas dichas autorizaciones, que se liberarían en octubre o noviembre de este año. Es decir antes que en EEUU, que es considerado el más permisivo de los países en términos de aceptar los absurdos de la biotecnología transgénica.
El New York Times anunció en mayo pasado que el Departamento de Agricultura (USDA) decidió someter a estudios más rigurosos a las semillas resistentes al 2,4-D y explicó que: la decisión provino del entendimiento que esa tecnología “puede afectar significativamente la calidad del ambiente humano” /10. En 2012 organizaciones como el Centro para la Seguridad Alimentaria de USA recogieron más de 400 mil peticiones contrarias a la aprobación de la soja y el maíz resistente al 2,4-D. Mientras en Australia, la autoridad gubernamental que controla los pesticidas -Australian Pesticides and Veterinary Medicines Authority – APVMA- prohibió la utilización de los herbicidas 2,4-D del tipo HVE (altamente volátiles) por los riesgos que representan para el medio ambiente. Y está en estudio la exclusión de todo tipo de 2,4-D en la agricultura.
Monsanto se había adelantado a la competencia con la Tecnología Intacta RR2 PRO lanzada en 2011. Intacta RR2 PRO fue aprobada primero en Brasil en 2011, luego en Argentina en agosto 2012, en setiembre de 2012 fue aceptada oficialmente por el gobierno uruguayo y Paraguay fue el último de la región en darle el visto bueno a principios de 2013. El herbicida principal sigue siendo el glifosato con algunas modificaciones más intensivas de aplicación y lo que cambia es el supuesto poder del insecticida dirigido a las tres lagartas principales que atacan la soja. El costo por hectárea de la nueva tecnología se multiplica por más de 5: pasa de R$ 22 (10 US$ aprox.) para la actual RR, a R$ 115 (más de 50 US$ aprox.) para el Intacta RR2 PRO.
Al 2,4-D de Dow, Monsanto ya replicó con una transgenia futura bautizada de “Roundup Ready 2 Xtend” que estaría a disposición para 2015, que torna las plantaciones resistentes a los herbicidas glifosato y dicamba (un derivado del ácido benzoico descripto como insecticida, fungicida y herbicida). Es a esto lo que llamamos una verdadera escalada de guerra química contra el medio ambiente. Y es en Brasil en la actualidad, que las multinacionales que protagonizan y conducen la escalada experimentan las nuevas tecnologías con absoluta anuencia del gobierno. Así como la población brasileña fue ya un campo de experimentación de las corporaciones farmacéuticas -no olvidar el desastre ocasionado en el país por la talidomida-, ahora una extensión de su territorio, mayor que la superficie de Alemania, es el escenario de pruebas imperialista de las armas químicas contra la Naturaleza.
Agrotóxicos y la desaparición de los enjambres de abejas
Brasil cayó de la 5ta. para la 10ª colocación mundial en exportación de miel en los últimos dos años. El motivo fue el abandono de las colmenas en la región productora más importante del país, el nordeste. En 2012 algunos estados registraron una reducción del 90% de la producción y el abandono de colmenas llegó al 60%. Cerca de 46 mil pequeños apicultores en nueve estados nordestinos vivían de la actividad y juntos respondían por el 40% de la producción de miel del país.
Márcio Freitas, coordinador general de la valoración de sustancias tóxicas del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y los Recurso Naturales Renovables (Ibama) indica que los “defensivos” agrícolas están entre las tres principales causas de la desaparición de abejas en Brasil. Esta afirmación no hace más que confirmar los varios estudios hechos en Europa y EEUU frente al mismo hecho. Los agro-químicos matan los insectos inmediatamente después de su aplicación o afectan si sistema sensor, haciendo que no consigan retornar a la colmena, debilitándola y terminando por hacerla desaparecer.
Por eso en 2012 Ibama editó una disposición que restringe el uso de estas sustancias durante el período de floración. La desaparición de las abejas no afecta únicamente la producción de miel, ellas desempeñan un papel imprescindible en la agropecuaria. Cerca de 80% de todo lo que es consumido en el mundo es polinizado por las abejas. Su ausencia se refleja en impacto directo sobre la agricultura y en la pecuaria, porque las pasturas requieren también de polinización /11.