Expansión de un proceso de acumulación capitalista en base territorial
Es importante tratar de identificar los mecanismos económicos y los cambios que produce este régimen de acumulación de capital de base territorial /30 que impulsan las agro-industrias de monocultivos de “commodities” y -con sus particularidades- también las mineras a cielo abierto. Los dos son emprendimientos del Capital que tienen predominio como motor de la acumulación capitalista actual en Latino América y provocan los mayores focos de conflicto con las poblaciones y comunidades continentales. Las corporaciones invaden, usurpan y contaminan los territorios donde, por derecho, siempre se ha desarrollado la vida de los pobladores nativos, que en distintos niveles resisten.
Nos limitaremos a algunas sucintas observaciones sobre el tema, que en verdad exigiría un estudio detallado por parte de un equipo de trabajo que se extendiera sobre las particularidades de cada país y profundizara aspectos que apenas podemos esbozar y otros que surgieran de la investigación /31.
“El capital requiere una constante revolución de los sistemas de transportes y comunicaciones y una integración geográfica creciente de los mercados. La tipología de los arreglos espaciales abarca fenómenos espaciales de todo tipo, que van desde el colonialismo y el imperialismo hasta la libre circulación de capitales o la conquista geopolítica de fuentes de recursos naturales claves para la expansión capitalista.” /32
Este tipo de acumulación capitalista en base territorial tiene como objetivo inmediato esa apropiación de recursos naturales. Y como instrumentos de intervención las empresas dedicadas a la biogenética que comienzan por crear semillas resistentes a los pesticidas para eliminar la tradicional preparación previa de la tierra para la siembra y el trabajo manual de eliminar plantas “invasoras indeseables” mientras se desarrolla el plantío. Se impone así la “siembra directa” que supuestamente ahorraría trabajo vivo al emprendimiento agrícola. Y como consecuencia inmediata expulsa trabajadores rurales y agricultores familiares o comunitarios.
Esto implica un primer cambio estructural que es la apropiación monopólica de las semillas -a través de las patentes sobre organismos, líneas celulares y seres vivos- y la concentración creciente de tierras, sean éstas en propiedad o arrendadas. Esto determina el control total de la agricultura por un puñado de corporaciones imperialistas en los países que se prestan a la tecnología transgénica. A lo que se suma la necesidad cada vez mayor de utilizar pesticidas favoreciendo a las corporaciones agro-químicas -que son las mismas que producen las semillas- con la consecuente contaminación de tierra, agua y aire.
En los casos de agro-negocios estudiados en Sudamérica la acumulación de capital es fruto de una combinación de “renta de la tierra” -una categoría pre- capitalista que sobrevive- y “ganancia” (o extracción de plusvalor). La primera categoría se hace evidente en el proceso de valorización creciente de la tierra por su utilidad para el agro-negocio. En la especulación territorial consecuente y en la posibilidad de arrendar las tierras para el plantío de la soja u otros transgénicos, todo lo que produce “renta de la tierra”. Pero a esto se agrega una inversión creciente en capital constante, tanto en maquinaria agrícola como en insumos: en semillas genéticamente modificadas, en fertilizantes, en pesticidas y agro-químicos en general y en combustibles.
El plusvalor que se extrae no es principalmente producto del trabajo vivo, -explotación de campesinos- proviene más que todo de trabajo pretérito, objetivado, (como los llamó Marx) “materializado” en la maquinaria, la materia prima y la previa investigación científico-técnica. Reuniéndolos como capital constante.
Con esa exigencia de las agro-industrias, las mineras de cielo abierto y las pasteras de celulosa, de grandes valores de capital constante para funcionar se pretende postergar la aparición de problemas -ya manifiestos- de exceso de acumulación de capital, que aumentaría la competencia y rivalidad entre los capitalistas y atentaría contra la estabilidad del dominio del Capital.
Por otro lado se abre un espacio para la intervención directa del capital financiero que entra en el agro-negocio -muchas veces a través de fondos de inversión- tanto en la especulación sobre el precio de la tierra, como en la capitalización de “pools de siembra” o en la especulación en el mercado de futuros de commodities. En esas tres variantes el capital financiero interviene cumpliendo un rol central.