Por Inés Benítez, IPS Noticias, 26 de mayo de 2015
Cientos de manifestantes se concentraron contra la fractura hidráulica en Santander, la capital de la comunidad de Cantabria, en el norte de España. Crédito: Asamblea Contra el Fracking de Cantabria
Miles de ciudadanos, unidos en plataformas y asambleas presionan contra el desembarco en España de la fractura hidráulica, una cuestionada técnica de extracción de petróleo y gas de esquisto, que agrieta el subsuelo con la inyección de agua y productos químicos a altísima presión.
“Somos personas de todo tipo, habitantes de la zona, que amamos nuestra tierra y deseamos proteger su biodiversidad”, contó a Tierramérica el activista Hipólito Delgado, de la Asamblea Antifracking de Las Merindades, una comarca de la norteña provincia de Burgos.
Allí, la empresa BNK España, filial de la canadiense BNK Petroleum, pidió permisos para perforar 12 pozos exploratorios y está en espera de la evaluación de impacto ambiental requerida por la ley.
El 3 de mayo unas 4.000 personas se manifestaron en el municipio burgalés de Medina de Pomar para demandar al gobierno que no permita estos sondeos exploratorios y reclamar la paralización de las solicitudes similares, por los múltiples riesgos que, arguyen, entraña la técnica para el ambiente y la salud de la población.
En España no hay actualmente ninguna licencia de fracking, término inglés por el que también se conoce la hidrofractura, para explorar o extraer gas de esquisto (pizarra).
Pero sí existen 70 permisos de investigación y 62 solicitudes de exploración pendientes de concesión, según datos del Ministerio de Industria y Energía.
Todos son con vistas a la explotación del gas, el combustible en que se concentra actualmente el desarrollo del esquisto en este país europeo.